Al construir un nuevo edificio o renovar uno existente, es muy fácil dejarse llevar por la costumbre de concentrar la atención en imaginar del color de las paredes, la ubicación de los muebles, o la disposición de texturas y elementos decorativos. Algo que a menudo se olvida, y que produce un efecto profundo en la apariencia de un espacio, es la iluminación. Luminarias colocadas estratégicamente y de diferentes colores, ‘escenas’ de iluminación y destaque del paisaje pueden alterar drásticamente la forma en que te sientes con respecto a tu hogar, oficina, local comercial, entre otros. Es por esto que te contamos la importancia de considerar el diseño lumínico en el anteproyecto.

Se trata de la fase previa a la toma de decisiones que permite al diseñador recopilar información relevante para cumplir los objetivos del proyecto. Charles Eames aseguraba que “el diseño es un plan para organizar los elementos de manera tal de lograr mejoras para un propósito en particular”, de tal manera que, implementar iluminación planificada desde el inicio, ayuda a reducir costos de material eléctrico, ayuda a la elección de materiales y acabados de tumbado y reduce costos de instalación posteriores.
¿Cómo planear tu iluminación? La respuesta más sencilla y acertada es recurrir a un diseñador de iluminación. Lo que habitualmente se desconoce, es que la asesoría adecuada es un arte que requiere cálculo, detalle, habilidad, inspiración y precisión. Los diseños eléctricos básicos contemplan únicamente las cargas generales posibles, pero discriminan la existencia de elementos decorativos que merecen ser destacados, actividades puntuales en un ambiente que necesitan iluminación especial, o elementos en tumbado que requieren determinadas formas de montaje.

Un diseñador de iluminación profesional trata el proyecto a detalle. Se dará cuenta de cuánta iluminación funcional se requiere para tareas específicas y cuánta energía consumirá su sistema de iluminación, permitiéndole decidir dónde y cómo reducir dicho consumo y luego lo enlazará todo al diseño interior. Lo más importante al realizar el diseño del sistema de iluminación es el propósito de cada espacio. ¿Qué se va a hacer en él? Determinar la tarea por área contribuye a la correcta elección desde el inicio.
Por ejemplo, los baños suelen buscar iluminación que permite ver las manchas húmedas en el piso y minimiza las sombras cerca del espejo, para facilitar tareas como maquillaje o rasurado. Los exteriores generalmente cuentan con un reflector con sensor de movimiento instalado para incrementar la seguridad. También pueden tener una iluminación especial para cenar al aire libre, destacar elementos del jardín, o una luminaria en el área de la parrilla.
Cabe mencionar también, que año a año las regulaciones lumínicas y eléctricas son más exigentes. Una planificación eléctrica y un buen diseño lumínico permiten optimizar los recursos energéticos y evitar penalidades por parte de la empresa eléctrica. Un esquema de iluminación correctamente diseñado hará que la construcción sea más útil, de menor impacto al medioambiente e indudablemente, mejor para el bolsillo y estilo de vida de los usuarios.
